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La barriga de Papá ya no es tan Sexi

Recuerdo, hace unos años que ‘las barrigas’ eran un símbolo de poder y buena salud. Los hombres que las ostentaban sentían, con ellas, un derecho de gran respeto y admiración. Hoy en día, el concepto ha cambiado, y aquella simbología de poder se traduce en un alto índice de riesgo cardiovascular.

Es un hecho que el aumento del ‘nada seductor’ perímetro abdominal incrementa por cuatro la posibilidad de padecer infartos cardiacos o cerebrales. La grasa corporal es importante para nuestro organismo, almacena energía y aísla al cuerpo y a nuestros órganos vitales, pero, cuando esta grasa, que en un hombre sano debe estar entre el 12% y 20%, supera estos marcadores, se considera obesidad y allí comienza el problema.

Tipos de barriga

Tenga en cuenta que parte del riesgo se asocia a la forma en que se encuentra repartido el tejido adiposo.

Si usted tiene forma de pera, es decir, con concentración de grasa en la cadera y en los músculos, su riesgo es menor, aunque tiene una enorme probabilidad de desarrollar problemas de várices, rodillas y columna.

Pero si su concentración adiposa es deltipo manzana, es decir, la que tienen a acumularse en la parte superior del tronco y el abdomen, su riesgo es superior: más tarde que temprano desarrollará diabetes de tipo 2, hipertensión, elevación de grasa en la sangre, difusión eréctil, infartos o, incluso, algún tipo de cáncer.

Preste atención a las señales: si usted tiene un perímetro igual o superior a 102 centímetros, es tiempo de consultar al especialista.

¿Qué hacer?

Ahora si usted, mediante este sencillo procedimiento, descubre que está en riesgo, es importante que cambie de inmediato sus hábitos tanto nutricionales como físicos, y evite a toda costa el tabaquismo y el  alcohol.

Recurra siempre a un experto. Los tratamientos contra la obesidad deben ser siempre integrales.

Las dietas relámpago, en las que se pierde más de un kilo a la semana, traerá como consecuencia el llamado efecto rebote, es decir, la recuperación del peso perdido y, tal vez, mucho más. El ejercicio excesivo sin la dirección adecuada de un entrenador calificado puede acarrear también graves efectos musculares y vasculares.

¡No lo olvide: coma saludable y viva bien!

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